Tanto la ciencia moderna como las culturas más antiguas están de acuerdo en que el oro es un metal precioso, no por su valor monetario, sino por sus cualidades únicas con respecto a otros elementos.
¿Pero qué es lo que realmente tiene de especial este metal, cuya procedencia continúa siendo investigada?
Resulta que la ciencia védica, la alquimia egipcia y muchas culturas del mundo han elogiado desde tiempos inmemorables la energía positiva del oro, alegando que purifica los campos de energía y los procesos mentales. Hoy en día, es considerado como un elemento con una enorme capacidad de conducción energética, y se dice que trae paz mental, estabilidad emocional y felicidad a largo plazo.
En estas páginas, exploraremos porque el Oro es único en su clase, cuáles son sus usos y qué sabiduría nos legaron nuestros ancestros sobre este precioso metal que desde tiempos remotos ha despertado el interés de la humanidad.
Acompáñenos en un camino que va desde nuestra conexión espiritual con el sol y la naturaleza, hasta el uso del oro en nuestra vida cotidiana.
El Oro en nuestro tiempo
Afortunadamente, contamos con suficientes avances tecnológicos y evidencia experimental para indagar mucho en este tema con sólidos fundamentos científicos.
Más allá de su hermoso brillo y su uso como moneda, existen muchas utilidades del oro en la actualidad:
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Está comprobado científicamente que su uso tiene efectos antiinflamatorios, antimicrobianos y anti-alérgicos, por está razón se añade en la fabricación de cremas y medicamentos por su función desinfectante y desinflamante.
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Los médicos usan el oro para tratar exitosamente la artritis.
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Contribuye con la disminución de las hinchazones, dolores y con la reducción de la deformación de los cartílagos y huesos.
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Se utiliza contra la depresión, los trastornos circulatorios, los resfriados, las enfermedades en la piel y quemaduras.
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Es el metal número 1 en la odontología para la fabricación de coronas dentales por su alta compatibilidad con los tejidos orgánicos.
Por otro lado, las nanopartículas de oro se han convertido en un remedio efectivo para proteger a los pacientes de los efectos de la quimioterapia. Los átomos de oro pueden influir en las células dañadas por los tumores y no afectar a otras células que se encuentren cerca. De esta manera, los efectos negativos de la quimioterapia en todo el cuerpo se pueden limitar y reducir eficazmente.
La ciencia moderna incluso ha demostrado que el oro coloidal ayuda a mejorar la función cerebral. Si se toma una solución regularmente durante un mes, el coeficiente intelectual puede mejorarse en un 20%.
Un sol que yace bajo tierra
Con todos estos datos científicos y cotidianos, comenzamos a comprender porque en la gran mayoría de las culturas del planeta se ubica al oro en el centro de la medicina, la espiritualidad y los más sagrados ritos y enseñanzas.
Lo que está claro, es que estas antiguas culturas veían en este noble elemento algo especial, algo que ciertamente no se reduce a lo físico y manifiesto.
Egipto, Sumeria, Caldea, Grecia, la India, los Incas, los Mayas y muchas otras civilizaciones se interesaron particularmente en el oro. Muchos de sus escritos, nos hablan de la importancia del Oro en relación a la Energía del Sol.
En esta etapa de nuestro recorrido, es interesante destacar que la procedencia del Oro es sumamente extraña. Si bien se sabe que es de origen magmático (proviene del interior de la tierra), existen investigaciones muy respetables que indican que el Oro de la Tierra proviene del espacio, más concretamente, de unos meteoritos que impactaron nuestro planeta 200 millones de años después de su formación.
Un nuevo estudio de la evolución de las galaxias, publicado en The Astrophysics Journal, revela que en el cosmos hay cantidades inexplicables de oro, lo que plantea un nuevo misterio astronómico. Los investigadores que trabajan en el proyecto, dicen que sus hallazgos cambiarán sustancialmente la visión actual de cómo evolucionó el universo
La líder de esta investigación, es la respetada astrónoma y profesora Chiaki Kobayashi, de la Universidad de Hertfordshire. Ella nos dice:
«La intención de estos estudios es obtener información más precisa sobre cuál es el verdadero origen de los llamados «metales pesados».
«No solo se trata del oro, que hace parte de muchas cosas en nuestras vidas. Sino también del calcio, por ejemplo, que también fue creado a partir de explosión de estrellas»
¿Será esta la causa de sus tan llamativas cualidades?
El Oro y el Sol
Un vínculo ancestral
Por algún motivo desconocido, el ser humano se ha sentido atraído por el oro desde el principio de los tiempos. Podemos adentrarnos en cualquier mitología del planeta, y encontraremos que el oro siempre ocupa un lugar especial.
En la «Tabla Esmeralda» (una serie de dichos crípticos descubiertos en la presunta tumba de Hermes Trismegisto, considerada fuente de inspiración para la creación de la astrología y la alquimia) está escrito:
«El Padre es, pues, el Sol. La Madre: la Luna. El viento la llevaba en su útero. La Tierra es, pues, su enfermera. Es el Padre, y más adelante esa única cosa es el elixir buscado, cuyo Padre es el Oro y su Madre la Plata».
También sabemos muy bien que los incas y aztecas le daban al oro un significado sagrado, cuyo simbolismo ha sobrevivido hasta nuestros tiempos: el brillo del oro representa al brillo del sol, por eso cada vez que se representaba al gran astro, se lo hacía con este material.
El significado mágico -o si se prefiere, especial- del oro aparece en numerosas tradiciones y leyendas también como símbolo de los dioses, como representación de las mejores épocas de una nación, como símbolo de la vitalidad y claridad mental de una persona y muchas otras metáforas siempre relacionadas con lo mejor de la humanidad.
Recordemos, por ejemplo, que los famosos Reyes Magos agasajan al recién nacido Jesús con oro, incienso y mirra.
En los Vedas, escritos y cantos sagrados de Oriente de hace más de 3.000 años, nos encontramos con las siguientes frases:
«EI que subsiste por sí mismo, queriendo crear el Universo de su propia sustancia, creó las aguas y depositó en ellas una simiente que se transformó en un huevo de oro, resplandeciente como el Sol, y Brahma nació de él por su propia energía».
El filósofo neoplatónico Proclo, escribía en el 431 d.C.:
«El oro natural, la plata o cada uno de los metales, así como las otras substancias, son engendradas en la tierra bajo la influencia de ciertas divinidades celestes y de sus emanaciones. El Sol produce el oro, la Luna la plata, Saturno el plomo y Marte el hierro»
En la tradición griega, el oro es un «arma de luz»; los cuchillos utilizados para los sacrificios a las divinidades se fabricaban con este metal. Pero a su vez Hermes, el mensajero divino y dios del comercio, es también el dios de los ladrones. A través de este personaje mitológico los griegos intentaban mostrar la ambivalencia del oro: Mientras que el color dorado es un símbolo solar, la moneda de oro es un símbolo de la avaricia del ser humano.
Lo interesante es que si miramos hacia nuestra historia, podemos fácilmente darnos cuenta de que esto funciona así. Muchas guerras y penosos episodios han sucedido por conflictos relacionados a la riqueza, cuyo primer representante es el oro.
Pero antes de sacar conclusiones debemos comprender que el problema no es el oro, sino la avaricia, la ambición descontrolada y el mal uso de este valioso elemento natural.
Entonces…
Y más importante aún:
¿Qué beneficios implica su uso en la vida cotidiana?
Afortunadamente, no es necesario ser millonario para acceder a la energía del Oro. Siempre y cuando lo hagamos desde un interés genuino y no desde la avaricia, podremos acceder a este noble elemento de manera sencilla y obtener enormes beneficios para nuestra vida.
Utilizar el oro como fuente de energía vital no se trata de comprar ostentosas joyas o de adquirir «rocas» de oro.
Se trata de considerar al Oro como emisor de una frecuencia vibratoria característica, única e irrepetible, que beneficia a la totalidad de nuestro organismo y que favorece nuestra conexión con el Sol, la mayor fuente de energía vital.
Gracias a la física cuántica, sabemos que cada material, mineral, metal y cualquier otro elemento de la realidad vibra a una frecuencia determinada y básicamente todo aquello que aparentemente es sólido, líquido o gaseoso, está formado no por otra cosa que por energía vibratoria. Todo eso que llamamos materia, tiene una vibración molecular y se mueve, vibra y circula en distintas «frecuencias» que se comunican entre sí. Esto nos incluye a nosotros, corporal y energéticamente.
Nikola Tesla dijo:
«Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración».
Ahora bien, hay elementos de la realidad que emiten frecuencias benéficas y otros elementos que emiten frecuencias «no benéficas» o disarmónicas.
No es lo mismo la frecuencia o campo electromagnético de un microondas o de un televisor, que la frecuencia que emite un metal superconductor como el oro, que es un elemento natural.
Particularmente el oro emite una frecuencia que aporta vitalidad y que se relaciona con la rápida elevación del estado de ánimo. Incluso es utilizado para combatir estados depresivos. Y como ya vimos al principio de este artículo, es continuamente utilizado en medicina y otras especialidades.
Un ejemplo claro de que existen estas «emisiones» de energía son los detectores de metales con los que se consigue encontrar oro. Estos funcionan transmitiendo un campo electromagnético desde su bobina hacia el terreno. Cualquier objeto metálico dentro del campo electromagnético se energiza y retransmite su propio campo electromagnético. Haciendo posible que hallemos metales que no vemos desde la superficie terrestre.
De la misma manera, nosotros tenemos un campo electromagnético, y emitimos una frecuencia que por medio de resonancia se conecta con todo lo que nos rodea. Al ingresar oro en nuestro campo electromagnético, entramos en resonancia con este elemento.
En Ormus Patagonia, nos interesan realmente las capacidades energéticas y los beneficios que brindan los minerales y metales superconductores. De hecho, hemos diseñado Dispositivos emisores de energía a base de nanopartículas de oro (Au).
¿Cómo funciona esto?
En principio, las Nanopartículas de Oro presentes en estos colgantes emiten una frecuencia determinada e inalterable que se relaciona con nuestro campo electromagnético.
Y a nivel subatómico, producen una interacción energética: una comunicación entre las nanopartículas de oro y las células de nuestro cuerpo.
El resultado de esta interacción no se reduce -lo que no es poco- a aumentar nuestra vitalidad y energía, sino que también potencia la capacidad de auto sanación física y armonización emocional. Además, este tipo de emisión energética no disminuye con el tiempo. Resulta útil combinarlo con piedras y cristales como el circonio, cuarzo, zafiro, rubí y principalmente, con la energía solar.
Otras opciones válidas para incorporar la energía del oro son la utilización de Oro coloidal; una solución líquida con coloides de oro que se consumen vía oral en pequeñas cantidades, o la utilización de Ormus Oro Monoatómico, el Super Alimento extraído de las sales del agua del océano que concentra este y otros minerales preciosos.
Fuente de Energía Vital
Así como las antiguas civilizaciones utilizaban distintos elementos frecuenciales para alcanzar elevados estados espirituales, este tipo de herramientas colaboran con la expansión de la conciencia y el desarrollo de las facultades intuitivas.
Pero ante todo, debemos comprender que el oro no realiza milagros por sí solo, si no que se requiere conectar con la esencia interna de este elemento; al igual que los antiguos alquimistas.
Pensar al oro como fuente de energía vital, es una invitación al autoconocimiento y a reconocer que somos responsables de nuestra energía, y que el oro, es una herramienta para potenciar, amplificar y purificar nuestro cuerpo y mente.
El mensaje de las distintas mitologías es que el oro es un atributo de lo divino y llega a la humanidad para que ésta alcance los más elevados estados de conciencia, siendo la ignorancia y la ambición humana lo que degenera esta primera intención.
Hablar del Oro es referirse a riquezas y fortunas, palacios del país de las Mil y Una Noches y puentes tendidos a un estado de conciencia superior, pero sin una mente clara, todo puede transformarse en historias turbias, rencores irreconciliables y codicia.
Estoy totalmente d acuerdo y si considero al oro metal precioso desde la consciencia, y transmisor d energías cósmicas divinas, c sólo poner consciencia en lo q sentimos o nos resuena el milagro se da, gracias p todo el contenido, es maravilloso, tengo plena certeza q los productos fabricados c partículas d oro son realmente sanadores.